UN CAMINO PARA TODOS > Del jubileo compostelano, la credencial del peregrino y "La Compostela"
versión gráfica  -  menú

Del jubileo compostelano. La credencial del peregrino y "La Compostela"


LOS AÑOS SANTOS COMPOSTELANOS Y LA INDULGENCIA PLENARIA



ES CIERTO QUE LA EDAD MEDIA VIVE BAJO LA OBSESIÓN DEL PECADO Y LA FASCINACIÓN POR LAS PENAS DEL INFIERNO, SIEMPRE PRESENTE EN LOS MÁS ENCENDIDOS SERMONES Y RECORDADAS EN LOS TÍMPANOS DE LAS CATEDRALES.

La vida terrenal es corta: como humana no se le atribuye demasiada consideración. La otra vida, dominada por una fe plena, es eterna; asegurársela en el Paraíso y con el menor tiempo posible de sufrimiento de las penas inevitables del purgatorio, va a ser uno de los motivos principales de la peregrinación: Expiar los pecados y obtener su perdón conducía, desde los primeros tiempos de la peregrinación hasta Santiago de Compostela, a una buena parte de la cristiandad. Y es que desde esos primeros tiempos, se habla de indulgencias excepcionales que por privilegio de los Romanos Pontífices ganarían los fieles que se acercasen ad limina Sancti lacobi, a la casa del Señor Santiago. Este sacro viaje va a ser la mejor forma de redimir la "deuda temporal" que dejan los pecados. Se ha señalado el 1122, con el Papa Calixto, como fecha del inicio del primer Año Santo y la confirmación por Alejandro III, con la Bula "Regis aeternis" dada en 1179, que lo instituye a perpetuidad. Mas lo cierto es que esta gracia del jubileo tiene otros orígenes.

Roma, bajo el pontificado de Bonifacio VIII, había establecido en 1300 el jubileo cada 100 años, con el beneficio de indulgencia plenaria.

La palabra jubileo proviene de "jobel"; el carnero cuyos cuernos se hacían sonar entre los judíos cada cincuenta años en señal de borrón y cuenta nueva de situaciones desdichadas: se recuperaban las tierras vendidas por necesidad; se libertaba a los esclavos y se perdonaban las deudas.

El jubileo romano de los cincuenta años fijados por el Papa Clemente, tras Pablo II (1458-1464) se redujo a un intervalo de 25 años, que es la periodicidad actual, habiendo coincidido el último con el milenio.

El año de jubileo o perdonanza compostelana (es de suponer que siempre con posterioridad a la instauración del romano) se ha fijado por la Santa Sede en todos aquellos años en que la festividad de Santiago el Mayor – 25 de julio – coincide con un domingo; lo que sucede con la periodicidad de 11, 6, 5, 6 años. Serie que aplicada a estos tiempos, nos dice que 1982, 1993, y 1999 han sido años jubilares y que el 2004 y 2010 lo serán en el nuevo milenio.

La iglesia, al discurrir de los tiempos, ha ido multiplicando y devaluando las indulgencias y por lo mismo se ha visto precisada a intervenir en el abigarrado conjunto de días, meses y años con que se lucraban multitud de prácticas piadosas en no menos multitud de lugares y fechas, tema en el que puso orden radical Pablo VI en 1967, y que se ha completado en vísperas del Jubileo Romano de 2000, con la cuarta edición del Enchiridion, indulgentiarum, que el Vaticano presenta como un esfuerzo de aggiornamiento doctrinal, al acercar los caminos de acceso al perdón a la vida moderna, superando la imagen comercial ligada a las indulgencias, que ahora se ofrecen para empujar a los hombres a realizar obras de piedad y penitencia, entre las que recuerda, a título de ejemplo, dejar de fumar una cajetilla de cigarrillos. Sin olvidar los antiguos beneficios de remisión de las penas temporales, que alguna forma deben de seguir teniendo en el más allá, aunque no sea la material de las llamas.

Los requisitos y condiciones para obtener las gracias jubilares del Año Santo Compostelano y la Perdonanza (indulgencia Plenaria que abarca a la totalidad de las penas temporales debidas por los pecados) son las siguientes:

• No es conditio sine qua non haber llegado andando en peregrinación a la Basílica de Apóstol (otra cosa es que sería lo deseable), aunque se debe penetrar en ella cualquier día del Año Santo.

• Es necesario rezar por las intenciones del Romano Pontífice; puede ser un Padrenuestro, un Credo u otra oración.

• Debe confesarse y comulgar, bien en la Basílica, bien haberlo hecho quince días antes o quince días después, en otro lugar, intentando alcanzar el grado de contrición más sincero.

• La indulgencia plenaria puede aplicarse a otra persona.

• A nadie se le entrega un certificado de haber obtenido la indulgencia plenaria de los Años Santos Compostelanos. Esto queda dentro de la conciencia de cada peregrino.
 

LA CREDENCIAL DEL PEREGRINO



Desde el comienzo de las peregrinaciones, los romeros, además de por su peculiaridad indumentaria, acreditaban su condición de tales llevando consigo certificados, cartas de presentación o cualquier otro documento en el que se indicase que el portador era peregrino y como tal transitaba.

Cualquier historia de la peregrinación (y puede verse como ejemplo más destacado los tres tomos de las "Peregrinaciones a Santiago de Compostela", de Vázquez de Parga, Lacarra y Uría) contiene multitud de referencias documentales por las que reyes, nobles, abadías o simples curas párrocos dan un salvoconducto o una credencial a determinados peregrinos, avalando su condición y que se les tenga en su viaje por tales piadosos caminantes a Santiago; con lo que se les abrían con más generosidad los hospitales y albergues, junto con exenciones de los numerosos tributos al paso de hombres, bestias de carga y mercancías, que con el nombre de derechos de portazgos, pontazgos, montazgos, peajes y tributos de toda laya, dificultaban seriamente el tránsito de los viajeros. Que estas cartas de presentación fuesen más o menos eficaces, fuera de determinados ámbitos eclesiásticos o nobiliarios, es asunto distinto; lo que debe quedar es que los peregrinos normales y aún los gallofos y bordoneros nunca se lanzaban a la aventura del camino sin algún documento que acreditase su condición de peregrinos a Santiago. Las falsificaciones de estas credenciales y aún los robos que se produjeron, demuestran que su posesión resultaba rentable.

Con el resurgir de las peregrinaciones, a principios de los años ochenta, comienza a hacerse necesario arbitrar alguna formalidad que acredite el paso a lo largo de la senda jacobea por los romeros que van a Compostela. Ya en el primer Congreso Internacional de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, celebrando en 1987 en Jaca, se adoptaron los oportunos acuerdos para coordinar las iniciativas existentes relativas a los medios que acreditaban el paso de los santiaguistas, y se llega a una edición común de la "Credencial del Peregrino". Una cartilla en forma alargada que se reduce mediante plegamientos a un tamaño manejable, en cuya portada figura este nombre impreso sobre la imagen de parte de una antigua puerta en la que se apoya un bordón de peregrino del que pende la calabaza vinatera y una vieira.

En esta credencial, en su primera página, una parroquia o congregación religiosa o una Asociación de Amigos del Camino de Santiago, presenta a una determinada persona, cuya identidad se recoge y, en sucesivas hojas en blanco, el peregrino va haciéndose estampar el sello de iglesias, ayuntamientos, hospitales o albergues del Camino, que acreditan su paso por el lugar en la fecha que también se indica.

Resulta muy conveniente proveerse de una credencial antes de emprender el Camino; se dan, con demasiada facilidad, no solo en Asociaciones Jacobeas e iglesias relacionadas con el Camino de Santiago, sino incluso en simples oficinas de información turística.

Para el uso de hospitales y albergues de peregrinos, al menos en los públicos sin excepción y en todos los privados que tienen una limosna voluntaria como pago por la estancia, se exige a los santiaguistas la presentación de la credencial. Esta no es un documento oficial, pero como si lo fuese, tanto a los efectos indicados como para obtener algún tipo de rebajas que se hacen a los peregrinos, así en la visita a determinados monumentos, como, por ejemplo, en la catedral de Burgos.

Aunque la mayoría de los peregrinos son portadores de la credencial descrita, no es imprescindible –otra cosa es que sea deseable– caminar con ese modelo, sino que puede suplirse por un cuadernillo o diario de ruta en el que se vayan recogiendo los testimonios; de ordinario un sello de tampón, del lugar y, a pluma, el día en el que se pasa.

A los peregrinos en bici o a caballo también se les facilita la credencial.

Finalmente, la credencial del peregrino será precisa para obtener "La Compostela" o "Compostelana".


"LA COMPOSTELA"

El romero que llegaba a la Basílica Compostelana, siempre tuvo el comprensible interés en la obtención de alguna señal distintiva o documento que acreditase su largo y piadoso viaje.

El haber hecho una de las peregrinaciones mayores, como la santiaguista, suponía un a modo de ascenso en la escala social. Quien había ido hasta el Finisterre era un iniciado en misterios, conocedor de remotas tierras (podía hablar, concitar la atención en torno suyo de un auditorio siempre crédulo) y hasta portador de un carisma. Se le respetaba y consideraba; era alguien.

Cuenta Domínguez Berrueta que, "las cédulas de peregrinos que daban en la catedral de Santiago y certificaban la presencia del peregrino de Compostela, servían en muchos países de salvoconducto y valían para la rebaja, y aún exención de impuestos".

Hasta el siglo XIV no comienzan a entregarse "Compostelanas" como documentos acreditativos de la peregrinación; antes hacían su vez las veneras autentificadas en el mismo Santiago. Veneras y compostelanas serán objeto de falsificaciones y de robos.

En época tardía como es el año 1726, un pícaro sastre picardo, Guillermo Manier, del que alguna referencia se ha hecho en esta guía, al rendir viaje a Santiago se provee de la siguiente documentación: un billete que le proporciona el sacerdote del hospital en el que se aloja, con el que se da testimonio de haberle oído en confesión, y un certificado en latín, de "viaje y comunión" lo llama Manier, que, después de haber comulgado, le dan en la capilla de San Luis de Los Franceses en la catedral, atestiguando que ha hecho la peregrinación a Santiago "devotionis affectu vel voti causa"; este certificado es una Compostelana en toda regla: su texto, en lo esencial, es el mismo que ahora se sigue empleando.

Hoy se entregan las Compostelanas en la Oficina de Acogida al Peregrino, que se encuentra al lado de la catedral en la Plaza de Platerías. El peregrino demandante tiene que manifestar que el motivo de su peregrinación ha sido espiritual, y justificar con la credencial, que ha recorrido, si a pie o a caballo, al menos cien kilómetros, y si en bicicleta, doscientos. Una colaboradora de esta Oficina, María Merino, a cuyo servicio estuvo el último Año Santo Compostelano, nos describe el momento de la solicitud:

"Acuden a la Oficina en busca de dos cosas: un sello y un certificado. El peregrino enseña su credencial, una cartilla en la que ha ido recogiendo los sellos de las distintas localidades por las que ha pasado al lado del Camino. Allí estampan el más esperado de todos, el de la catedral de Santiago. Cuando queda dibujado en su credencial, compañera y testigo de tantos pasos andados, lo acarician con los ojos como si se tratara de un gran tesoro. Ese pequeño redondel, con el dibujo del arca del Apóstol y cercado por unas letras latinas, es el beso final a un camino repleto de vivencias. A continuación, si el peregrino ha cumplido los requisitos exigidos y si lo ha hecho "por fe, devoción o promesa" –como reza su texto–, le otorgan la Compostela, un sencillo y elegante papel de color crudo. Es un certificado del Cabildo catedralicio en el que se reconoce a esa persona –cuyo nombre se traduce al latín– su condición de peregrino cristiano a Compostela".

La Compostela se entrega siempre, con independencia de que el año sea o no Santo.

A las personas que su motivación declarada para hacer el Camino no coincide con el "ha venido a visitar la casa del Apóstol por fe, promesa o devoción" no se les entrega la Compostela, pero, si lo desean, se les facilita un simple escrito en el que se acredita su viaje a Santiago.

 


PRESENTACIÓN:
- Fundación ONCE y Grupo Fundosa
- CERMI
- Ibermutuamur

UN CAMINO PARA TODOS:
- Cronología Xacobea
- El Apostol Santiago en España
- Reivindicación del Camino de Santiago como antigua senda de las personas con discapacidad
- Ciegos juglares, animadores del Camino
- Aventura y picaresca en el Camino
- Del jubileo compostelano, la credencial del peregrino y "La Compostela"
- El por qué del itinerario elegido
- Consejos prácticos
- Normativa sobre accesibilidad
- Bibliografía Xacobea básica
- Agradecimientos


NAVARRA:
- Presentación
- Guía para la reflexión 'Aquí empieza el camino de las estrellas'
Itinerario en tierras de Navarra
Etapa 1: Roncesvalles - Larrasoaña
         Tramo 1: Roncesvalles-Alto de Mezquiritz
         Tramo 2: Alto de Mezquiritz-Puerto del Erro
         Tramo 3: Puerto del Erro-Larrasoaña
Etapa 2: Larrasoaña - Cizur
          Tramo 1: Larrasoaña-Zabaldica
          Tramo 2: Zabaldica-Villava
          Tramo 3: Villava-Cizur Menor
Etapa 3: Cizur - Puente La Reina
          Tramo 1: Cizur-Alto del Perdón
          Tramo 2: Alto del Perdón-Muruzabal
          Tramo 3: Muruzabal-Puente La Reina
Etapa 4: Puente La Reina - Estella
          Tramo 1: Puente La Reina-Lorca
          Tramo 2: Lorca-Estella
Etapa 5: Estella - Los Arcos
          Tramo 1: Estella-Azqueta
          Tramo 2: Azqueta-Los Arcos
Etapa 6: Los Arcos - Viana
          Tramo 1: Los Arcos-Torres del Río
          Tramo 2: Torres del Río-Viana
LA RIOJA:
- Presentación
- Guía para la reflexión 'De Logroño a Grañón'
Itinerario en tierras de La Rioja
Etapa 7: Viana - Navarrete
          Tramo 1: Viana-Logroño
          Tramo 2: Logroño-Navarrete
Etapa 8: Navarrete - Azofra
          Tramo 1: Navarrete-Azofra
Etapa 9: Azofra - Grañón
          Tramo 1: Azofra-Sto. Domingo de la Calzada
          Tramo 2: Sto. Domingo de la Calzada-Grañón

CASTILLA Y LEÓN:
- Presentación

BURGOS
- Guía para la reflexión 'En tierras de Burgos'
- 'El recorrido y la mirada'
Itinerario en tierras de Burgos
Etapa 10: Grañón - Belorado
          Tramo 1: Grañón-Castildelgado
          Tramo 2: Castildelgado-Belorado
Etapa 11: Belorado - San Juan de Ortega
          Tramo 1: Belorado-Espinosa del Camino
          Tramo 2: Espinosa del Camino-San Juan de Ortega
Etapa 12: San Juan de Ortega - Burgos
          Tramo 1: San Juan de Ortega-Ibeas de Juarros
          Tramo 2: Ibeas de Juarros-Burgos
Etapa 13: Burgos - Hontanas
          Tramo 1: Burgos-Rabé de las Calzadas
          Tramo 2: Rabé de las Calzadas-Hontanas
Etapa 14: Hontanas - Itero de la Vega
          Tramo 1: Hontanas-Castrojeriz
          Tramo 2: Castrojeriz-Itero de la Vega

PALENCIA
- Guía para la reflexión 'Palencia entre dos ríos'
Itinerario en tierras de Palencia
Etapa 15: Itero de la Vega - Carrión de los Condes
          Tramo 1: Itero de la Vega-Frómista
          Tramo 2: Frómista-Villarmentero de Campos
          Tramo 3: Villarmentero de Campos-Carrión de los Condes
Etapa 16: Carrión de los Condes - Sahagún
          Tramo 1: Carrión de los Condes-Calzadilla de la Cueza
          Tramo 2: Calzadilla de la Cueza-Terradillos de los Templarios
          Tramo 3: Terradillos de los Templarios-Sahagún

LEÓN
- Guía para la reflexión 'En tierras de León'
- 'El Camino de Santiago en viejas tierras de León'
Itinerario en tierras de León
Etapa 17: Sahagún - El Burgo Ranero
          Tramo 1: Sahagún-El Burgo Ranero
Etapa 18: El Burgo Ranero - Mansilla de las Mulas
          Tramo 1: El Burgo Ranero-Reliegos
          Tramo 2: Reliegos-Mansilla de las Mulas
Etapa 19: Mansilla de las Mulas - León
          Tramo 1: Mansilla de las Mulas-Arcahueja
          Tramo 2: Arcahueja-León
Etapa 20: León - Villadangos del Páramo
          Tramo 1: León-Valverde de la Virgen
          Tramo 2: Valverde de la Virgen-Villadangos
Etapa 21: Villadangos del Páramo - Astorga
          Tramo 1: Villadangos-Hospital de Órbigo
          Tramo 2: Hospital de Órbigo-San Justo de la Vega
          Tramo 3: San Justo de la Vega-Astorga
Etapa 22: Astorga - Rabanal del Camino
          Tramo 1: Astorga-Santa Catalina de Somoza
          Tramo 2: Sta. Catalina de Somoza-Rabanal del Camino
Etapa 23: Rabanal del Camino - Ponferrada
          Tramo 1: Rabanal del Camino-El Acebo
          Tramo 2: El Acebo-Campo
          Tramo 3: Campo-Ponferrada
Etapa 24: Ponferrada - Villafranca del Bierzo
          Tramo 1: Ponferrada-Camponaraya
          Tramo 2: Camponaraya-Pieros
          Tramo 3: Pieros-Villafranca del Bierzo
Etapa 25: Villafranca del Bierzo - O'Cebreiro
          Tramo 1: Villafranca del Bierzo-La Portela de Valcarce
          Tramo 2: La Portela-Ruitelán
          Tramo 3: Ruitelán-O´Cebreiro

GALICIA:
- Presentación
- Guía para la reflexión 'De O'Cebreiro a Sarria'
Itinerario en tierras de Galicia
Etapa 26: O'Cebreiro - Aguiada
          Tramo 1: O´Cebreiro-Viduedo
          Tramo 2: Viduedo-San Xil
          Tramo 3: San Xil-Aguiada
Etapa 27: Aguiada - Toxibó
          Tramo 1: Aguiada-Barbadelo
          Tramo 2: Barbadelo-Mirallos
          Tramo 3: Mirallos-Toxibó
Etapa 28: Toxibó - Campanilla
          Tramo 1: Toxibó-Ligonde
          Tramo 2: Ligonde-Palas do Rei
          Tramo 3: Palas do Rei-Campanilla
Etapa 29: Campanilla - Calzada
          Tramo 1: Campanilla-Castañeda
          Tramo 2: Castañeda-Calzada
Etapa 30: Calzada - Santiago de Compostela
          Tramo 1: Calzada-Arca
          Tramo 2: Arca-Santiago de Compostela

RESUMEN DE ETAPAS:
- Resumen de Etapas

CARACTERÍSTICAS DE ACCESIBILIDAD EN EDIFICIOS:
- Navarra
- La Rioja

Castilla y León
      - Burgos
      - Palencia

      - León
- Galicia