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Ciegos juglares, animadores del Camino

EN EL AMPLIO CUADRO DE ENFERMOS QUE ENUMERA EL CODEX CALIXTINUS, COMO ROMEROS A COMPOSTELA IMPETRANDO DEL APÓSTOL SU CURACIÓN, ES DE JUSTICIA DESTACAR LA TEMPRANA PRESENCIA DE LOS CIEGOS, NO SÓLO COMO PACIENTES EN DEMANDA DEL HECHO PRODIGIOSO SINO TAMBIÉN COMO ANIMADORES DEL CAMINO

Si "andando y cantando se hizo de veras la unidad de Europa, y ello acaeció sobre los caminos que conducirían a Santiago" como dice José Miguel Ruiz Morales, esta gran vía de peregrinación, en opinión de Bedier, va a servir para el desarrollo y propagación de las leyendas épicas: El juglar-poeta aprende en diversos lugares y principalmente en monasterios, sobre todo los situados en el Camino de Santiago, las gestas que tratan de Roncesvalles, en la Vía Tolosana, en el monasterio de Gellone, donde se veneraba la tumba de San Guillermo, que Aymerico Picaud dice deben visitar los peregrinos que van a Santiago por la Vía Tolosana; en los caminos de romería en Italia, a lo largo de la vía francígena, etc. Esta relación de conveniencia monástica, sigue sustentando Bedier, dio nacimiento a las leyendas y a las canciones de gesta en el siglo XI ó XII, época de gran auge en las peregrinaciones. León Gaultier, en 1892, supone la épica española nacida por obra de los juglares que, entre los peregrinos a Santiago, "cantaban únicamente poemas de origen francés y de héroes franceses". Discrepa D. Ramón Menéndez Pidal de estas tesis francesas sobre el origen de la épica española, pero lo incuestionable es que, haya nacido donde fuere, en el Camino de Santiago perfectamente conocido por los primitivos juglares franceses y españoles, es donde tuvo su desarrollo y auditorio más propicio.

Es a finales del siglo XIV y de modo definitivo en el XV cuando se extingue el género épico-legendario, coincidiendo con la larga época de decadencia de las peregrinaciones, de su primitivo espíritu; mas las intenciones van a ser muy diversas y el tosco sayal del peregrino piadoso de antaño, admirado y defendido por santos y reyes, va a dar paso al socorrido disfraz de peregrino disimulador de intenciones y forma de vida de una juglaría trashumante que perpetuará con el romancero los episodios más famosos de la Gesta. D. Ramón Menéndez Pidal en su ingente obra, que seguiremos en este capítulo, nos va a dejar compendiosos estudios sobre la labor de estos juglares, entre los que figuran ciegos músicos y cantores de toda laya y condición, que con sus romances y coplas, guitarra, pandero o vihuela los más exquisitos, encienden la imaginación de los peregrinos y de un público asentado a lo largo de las muy pobladas vías de peregrinación y pueblos cercanos, que escucha atónito los sucesos de Turpin y los Caballeros de la Tabla Redonda, de Rolando y Carlomagno, de Bernardo del Carpio y del Cid Campeador, condesas traidoras, incestos, milagros, venganzas y, para aviso de navegantes, el romance, con infinidad de versiones que arrancan del hecho histórico de la prisión del Conde de Asturias de Santillana por Alfonso VII en 1130, sobre la romera violada en el Camino de Santiago.

"Al conde le llevan preso,
al conde Miguel, al prado,
no le llevan por ladrón,
ni por cosas que ha robado,
por esforzar a una niña
nel camino de Santiago"

Muy pronto vieron los ciegos la oportunidad que les brindaba el milagroso camino que conducía al campo de las estrellas. Su fino tacto para atender lo que se decía en las predicaciones que detallaban con vehemencia los prodigios que allí acontecían: "Devolvía la vista a los ciegos", con lo que precisamente se encabezaba la larga lista de milagros que obraba el Hijo de Dios por intercesión de Santiago. Los relatos de quienes regresaban cargados de conchas y contando hechos portentosos vividos o soñados, pero siempre creídos a pie juntillas por una masa de encandilados oyentes. Y, en fin, la imperiosa necesidad de ganarse el pan de cada día, más difícil aún para las personas privadas de la vista. Todo se conjuró para que los ciegos en fechas muy tempranas (coincide que se está discutiendo si el primer peregrino histórico que se acercó a Compostela, antes que Godescalco en el 850, fue un ciego con su hijo) se sumasen a la gran romería santiaguesa: unas veces, y de manera primordial, como piadosos peregrinos en busca de la curación y otras, enrolados en el fabuloso mundo de la juglaría andariega, apoyados en la hermandad cristiana del Camino o en la goliardesca de una vida airada. No deja de ser curioso que si los ciegos fueron de los primeros en acudir a la llamada del Camino, los veamos también en el ocaso histórico de esta vía de peregrinación, solos, tañendo sus zampoñas en la Puerta Santa de la gran basílica del Apóstol despidiendo al siglo XIX, cuando la otrora gran romería santiaguesa, coincidiendo con la gran decadencia hispana, se ha hundido en la sima más profunda.

Mas volvamos a los bueno tiempos de la peregrinación. Dentro de las diversas clases de "artistas" que conviven en el mundo de la juglaría, el ciego es mencionado de manera expresa a comienzos del siglo XIII por Boncompagno como un tipo especial entre los juglares; de ellos se dice que el ciego posee admirables habilidades, dignas de lucir en la corte, y, efectivamente, en la corte de Carlos el Malo, en Navarra, el año 1384 recibe don de 60 libras "un juglar ciego del duc de Braban". En la misma corte de Navarra, tan pródiga en juglares, se anota la presencia de Arnaut Guillen de Ursua, el ciego, juglar de cítara y vihuela de arco (1412-1432). De igual época es aquel célebre juglar, que el inefable Villasandino (nacido, por cierto, a la vera de la estrada santiaguista en el pueblo de su nombre) viendo a don Juan Hurtado de Mendoza enfermo y en desgracia de su rey Juan II, le recomienda para que se reconforte y distraiga oyéndole; este tañedor es Martín el Ciego, cuyos cantos provenzales fueron los últimos que de la poesía occitánica se recuerda en la corte castellana.

Si Villasandino, estimado en la corte de Juan II como "esmalte e luz e espejo e corona e monarca de todos los poetas e trovadores que fasta oy fueron en toda España", recomendaba para alivio de penas oír al juglar ciego que acabamos de mentar, don Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, aquel clérigo agoliardado, doneador alegre, "que sabe los instrumentos e todas juglerías", como nos recuerda don Ramón Menéndez Pidal, a quien no he dejado de seguir, compone coplas para toda una cáfila de cantores ambulantes, entre ellos dice, "Cantares fiz algunos de los que dicen los ciegos"; son cantigas troteras o callejeras que sirven a escolares que andan nocherniegos y a los ciegos para pedir limosnas por las puertas.

Varones buenos e honrados,
Querernos ayudar;
a estos ciegos lazrados
la vuestra limosna dar...

En otra cantiga el jocundo Arcipreste habla de "estos ciegos mendigos", ya que iban varios juntos con un lazarillo, la limosna que piden, meajas o dinero, bodigos o pan y "paños e vestidos", muy en particular estos últimos junto con las meajas (monedas), son dones más propios de juglares que de mendigos.

A finales del siglo XIV en Francia, es considerado el ciego como el último cantor de las chansons de geste al son de la zanfoña. El heredero de todos aquellos juglares que utilizaban el Camino Francés para penetrar en España acompañando a vistosas comitivas de peregrinos regios o nobles. Es conocido el dato de los caballeros de Gascuña, Mosen Johan de Chartres y Pierres de Montferraut, que llevan consigo tres juglares a Santiago de Galicia en 1361.

"En especial harían el devoto camino de los juglares de gesta...- y sus cantos fueron los preferidos en los viajes -. Muchos poemas así resonaban sin duda en el "Camino francés" de Compostela a lo largo del cual hallaron un auditorio muy preparado. Porque ese camino, entrando en España por Roncesvalles, lugar ya de suyo épico, atravesaba los reinos de Navarra y Castilla, cruzando importantes poblaciones en que había barrios enteros habitados por emigrantes franceses, como Pamplona, Puente la Reina, Estella, Los Arcos, Logroño, Belorado, Burgos, Sahagún".

Insiste Don Ramón Menéndez Pidal en los contactos de la juglaría española con la francesa, principalmente a lo largo del Camino de Santiago. Así, precisa, cada vez encontramos más testimonios de lo muy propagadas que andaban por España las gestas de Carlomagno al lado de las nacionales. Pues la peregrinación a Santiago, siempre creciente, activaba la comunicación con Francia... El autor del seudo Torpin escribía bajo la preocupación de relacionar con la peregrinación compostelana a todos los héroes de la epopeya carolingia; y bien lo consiguió... Juglar hay, como el que inventó en la segunda mitad del siglo XII el Anseis de Cartage, que se muestra tan conocedor del Camino francés de España y tan encariñado con sus lugares, que hace a los héroes del poema andar esa ruta hasta tres veces: Roncesvalles, Pamplona, Castrojeriz (Castesoris), Sahagún, Mansilla (Le Maisele), León, Astorga, Rabanal del Camino (Ravenel) y la fabulosa villa de Lucerna, son allí recorridos a un lado y a otro por Anseis y por Carlomagno.

Es un hecho cierto que la juglaría de toda laya y condición encontró en la cosaria via del camino francés un campo en extremo propicio para el ejercicio de sus habilidades. En la corte Navarra, en la de Castilla y León, en la de Portugal, en el ámbito nobiliario de Galicia y, de manera particular, en aquellas localidades en que el trasiego de peregrinos es mayor, la gente de la juglaría halló acomodo y auditorio complaciente. Es más, hay lugares del Camino en los que la farándula juglaresca brilla de forma espectacular, tal es el caso de Sahagún del que el Codex dice que es "pródigo en todo tipo de bienes", lugar del que se tiene noticia de la presencia de los primeros juglares en el Camino francés. Esta villa del Cea fue el refugio predilecto de una juglaría internacional que se organiza y toma parte activa en la célebre revuelta de Sahagún del 1110 contra la Abadía y el feudalismo borgoñés que representaba.

El cosmopolita Sahagún, plagado de tiendas y oficios, llega a ser abastecedor de instrumentos musicales. Así cuenta Felipe Torroba, que en Sahagún, bulliciosa posada del Camino, aconteció en 1245 que abrió tienda en "un arco del Hospital, cabe la fuente", un alemán llamado Conradus, que era músico y "sabía historia y sucesos de la Tabla Redonda y de Don Tristán y era muy solazador". Vendía flautas y tambores y tenía de muestra dos arpas que tocaba para alegrar a los peregrinos. La mujer también era diestra en música "y había cantado para el rey de Navarra en el castillo de Olite". El obispo de Burgos, Raimundez, de origen suabo, compró las dos arpas para la catedral burgalesa "donde todavía se tocaban en 1619" y mandó fabricar otra para Las Huelgas.

De reyes, como Alfonso X El Sabio, se llega a decir que en él "toda juglaría hallaba calor y abrigo". Cuando se dice toda, se habla con plena propiedad: junto a quienes colaboran en las más delicadas cantigas y obtienen con causa el título superior de trovadores, figura, arrimada a la corte prodigiosa del Rey Sabio, toda una nomina de pintorescos juglares y asimilados cuyas noticias son incluso recogidas para las historias regias, cuando no cuentan otras de venganzas, milagros o infidelidades. Es esta nómina aparecen también juglares ciegos cooperando, con su conocimiento de cantantes de romería (la santiaguesa es la principal de ellas) y coplas maldicientes, al amplio venero de las desvergonzadas cántigas de escarnio con las que tanto parece disfrutaba Don Alfonso.

Todo el que trajese noticias de fuera era bien acogido, desde los más altos sitiales a los poyos de las plazas públicas. Nobles señores y pueblo llano reciben con igual expectación a los portadores de nuevas y si éstas se expresan acompañadas de pandero, cítola, vihuela o rabel, mejor. Los ciegos, con su tradicional fino oído tanto para la música como para recoger noticias, fueron cualificados gacetilleros a todo lo largo de la vía de peregrinación que acaba en Galicia. Al invidente medieval las circunstancias le obligan a saber un punto más que el diablo (recuerdese al Lazarillo de Tormes), y si para él se preparaban ex profeso coplas de ciego, en otros muchos casos se debe a su particular ingenio el rimado de toda esa amplia producción que se cobija bajo el nombre de cantares de ciego.

Por otra parte, no hay que olvidar que hubo invidentes, músicos muy destacados lejos del mundo pobre juglaresco. Así, nacido en el Camino de Santiago,, en Burgos, y a quien tuvieron ocasión de escuchar los santiaguistas en la catedral de León, fue el celebérrimo Francisco de Salinas, ciego desde los diez años, al que Fray Luis de León dedicó la Oda a Salinas, quizá la poesía más inspirada del místico:

El aire se serena
Y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas cuando suena
La música extremada
Por vuestra sabia mano gobernada.

Salinas recogió una gran cantidad de canciones populares, " tonadas llenas de encanto y dulzura" en su magistral tratado "De Música", no pocas de las cuales eran cantadas por ciegos a lo largo del camino francés.

"Extremado" y famoso músico ciego fue asimismo el de Fuenllana, recordando de igual modo Menéndez Pidal, al admirable ciego de Navalcarnero tenido por el más inspirado tañedor de su tiempo.

Otro ciego célebre, nacido también a la vera del Camino de Santiago, en Castrillo Matajudíos, a tiro de honda de Castrojeriz, fue Antonio de Cabezón, músico de la emperatriz isabel de Portugal, de Carlos V y Felipe II, al que se le ha llamado "el Bach español del siglo XVI".

Pero no es de estos ciegos ilustres de quienes quiero seguir hablando ahora, sino dedicar un recuerdo singular a todos aquellos invidentes, entre los que no faltaron los ultrapirenaicos, que sin medios para sostener a un lazarillo se echaron a la piadosa y animada vía de peregrinación, no en busca del milagro sino del más prosaico de ganarse la vida con limosnas, y apoyados en la solidaridad del mundillo juglaresco; compartiendo las durezas del Camino con tañedores maldicientes, segreres de fortuna, cazurros, saltimbanquis moros, santiaguistas vicarios que van ahorrando, romeros malarrepentidos y escolares nocherniegos de vida agoliardada.. El pobre ciego cantor de coplas, comparte la vida de esta corte ambulante de los milagros, sin perder el tacto de su tambor o su rabel; se arropa y calienta en las frías noches mesetarias del Camino francés, al abrigo de cantaderas de desecho de todas las tientas, que a ellos, invidentes, les sirven por cuanto tienen de acogedoras e iluminan su imaginación. Cantan todos con voz aguardentosa, una vez más, los cantares que para ellos han compuesto el cachondo Arcipreste, junto con alguna copla de escarnio que a todos satisface, y el vino es su colchón. Estas briznas de humanidad también contribuyeron a hacer el más europeo de los caminos.

Un juglar de cierta valía, para ser considerado o tenerse como tal, debia salir de su tierra y si no lo lograba solía mentir como un bellaco inventándose, por lo común, largas peregrinaciones a Jerusalén, Roma o Santiago. Como hizo aquel juglar vagabundo que, ante un público ignorante y entregado, fanfarronea cantando:

Sabed, fidalgos,
que vengo más de trescientas leguas de allende de Roma,
otras tantas allende de Santiago.
Oí allí tantas de vuestras bondades,
que faziades mucho bien a probes,
e más a jograles.
Vengo rogando a Dios por vuestros días,
ansí como el gato por las longanizas.

El “savoir faire” que pone en juego el cazurro para sacar unas limosnas a su clientela, es toda una lección de psicología aprendida en la mejor escuela que es el Camino de Santiago: eleva el rango del auditorio; se hace interesante informando de lugares de donde viene, sin importarle añadir, por su real gana " más de trescientas leguas", sin temor a que nadie le deje en feo, pues además allí había ido a hablar de lo bondadosos que son con los juglares, y acaba en el último verso haciendo una comparación ingeniosa que, sin duda, serviría para que el cobre resonase en su platillo. Este juglar vagabundo podía haber sido hasta un ciego, pero lo que no ofrece duda es que era familiar de la más genuina tropa goliardesca.

Casi todos acababan llegando a la meta de la peregrinación, al Pórtico de la Gloria, donde les aguardaban sus veinticuatro ancianos músicos, alguno ciego, manteniendo entre ellos un animado diálogo, que falan quedo, diría Rosalía, uns cos outros, mientras tempran risoños os instrumentos: trompetas, cuernos, cítaras, violas, ... y el organistrum, también llamado Lira mendicorum y zanfona que preside la piedra clave del Pórtico de los ancianos músicos y que fue el instrumento preferido para las cantigas de cego a lo largo de toda la calzada santiaguesa.

Los músicos y cantores ciegos, por lo común vagamundos de un arte inferior, vivieron en su intensa soledad los avatares de las modas y gustos de quienes transitaban por la asendereada vía y de los que en plazas y castillos se recreaban con su música y recitado. Aún en plena decadencia de la peregrinación, siguieron fieles a la llamada del Apóstol; los vemos asistiendo al lado de la Puerta Santa al comienzo de los años jubilares, con sus cantigas y romances de ciego. Nos lo relata el gran estudioso de la música en el Camino de Santiago Pedro Echevarría Bravo, siguiendo las noticias que dejara el canónigo de la catedral compostelana y malogrado musicólogo Santiago Tafall. Éste recuerda que siendo niño, presenció el 31 de diciembre de 1868 cómo cantaban los ciegos, terminadas ya las vísperas, al anochecer, ante la Puerta Santa. " Desde aquel día – añade – todos los jueves y domingos formaba yo en la pila de aldeanos que, con religiosa atención oían aquel concierto".

Esta costumbre subsistió todavía durante los Años Santos de 1875, 1880 y 1886, así como el Jubileo extraordinario de 1885, como recuerdo de la autenticidad de las reliquias del Apóstol Santiago, pero fue decayendo paulatinamente, hasta que el próximo año Santo de 1897, dejó de cantarse, a pesar del gran interés que puso en ello el escritor Oviedo y Arce, ya que, según el Sr. Tafall, "solo pudo hallar una superviviente de todos aquellos cantores: ciega, vieja y enferma" por lo cual fracasaron los buenos deseos de su amigo.

Sin embargo, precisa el gran musicólogo al que seguimos, estas canciones de ciego son de una gran espontaneidad y simbolizan, sin duda alguna, el ambiente que se respiraba por aquella época, cuando los peregrinos de todas las nacionalidades traían y llevaban sus cantos, alguno de los cuales se habrían de transformar, el día de mañana, en sencillas y emotivas cancioncillas jacobeas. Porque, ¿quién sino un ciego –se pregunta Echevarría Bravo- es capaz de lanzar, urbi et orbi, una cantiga como la que dice:

O Alalá foi a Roma,
O Alalá foi e veu,
Foi decirlle o Padre Santo
Que viñese o xubileu?

Pablo Arribas Briones

 


PRESENTACIÓN:
- Fundación ONCE y Grupo Fundosa
- CERMI
- Ibermutuamur

UN CAMINO PARA TODOS:
- Cronología Xacobea
- El Apostol Santiago en España
- Reivindicación del Camino de Santiago como antigua senda de las personas con discapacidad
- Ciegos juglares, animadores del Camino
- Aventura y picaresca en el Camino
- Del jubileo compostelano, la credencial del peregrino y "La Compostela"
- El por qué del itinerario elegido
- Consejos prácticos
- Normativa sobre accesibilidad
- Bibliografía Xacobea básica
- Agradecimientos


NAVARRA:
- Presentación
- Guía para la reflexión 'Aquí empieza el camino de las estrellas'
Itinerario en tierras de Navarra
Etapa 1: Roncesvalles - Larrasoaña
         Tramo 1: Roncesvalles-Alto de Mezquiritz
         Tramo 2: Alto de Mezquiritz-Puerto del Erro
         Tramo 3: Puerto del Erro-Larrasoaña
Etapa 2: Larrasoaña - Cizur
          Tramo 1: Larrasoaña-Zabaldica
          Tramo 2: Zabaldica-Villava
          Tramo 3: Villava-Cizur Menor
Etapa 3: Cizur - Puente La Reina
          Tramo 1: Cizur-Alto del Perdón
          Tramo 2: Alto del Perdón-Muruzabal
          Tramo 3: Muruzabal-Puente La Reina
Etapa 4: Puente La Reina - Estella
          Tramo 1: Puente La Reina-Lorca
          Tramo 2: Lorca-Estella
Etapa 5: Estella - Los Arcos
          Tramo 1: Estella-Azqueta
          Tramo 2: Azqueta-Los Arcos
Etapa 6: Los Arcos - Viana
          Tramo 1: Los Arcos-Torres del Río
          Tramo 2: Torres del Río-Viana
LA RIOJA:
- Presentación
- Guía para la reflexión 'De Logroño a Grañón'
Itinerario en tierras de La Rioja
Etapa 7: Viana - Navarrete
          Tramo 1: Viana-Logroño
          Tramo 2: Logroño-Navarrete
Etapa 8: Navarrete - Azofra
          Tramo 1: Navarrete-Azofra
Etapa 9: Azofra - Grañón
          Tramo 1: Azofra-Sto. Domingo de la Calzada
          Tramo 2: Sto. Domingo de la Calzada-Grañón

CASTILLA Y LEÓN:
- Presentación

BURGOS
- Guía para la reflexión 'En tierras de Burgos'
- 'El recorrido y la mirada'
Itinerario en tierras de Burgos
Etapa 10: Grañón - Belorado
          Tramo 1: Grañón-Castildelgado
          Tramo 2: Castildelgado-Belorado
Etapa 11: Belorado - San Juan de Ortega
          Tramo 1: Belorado-Espinosa del Camino
          Tramo 2: Espinosa del Camino-San Juan de Ortega
Etapa 12: San Juan de Ortega - Burgos
          Tramo 1: San Juan de Ortega-Ibeas de Juarros
          Tramo 2: Ibeas de Juarros-Burgos
Etapa 13: Burgos - Hontanas
          Tramo 1: Burgos-Rabé de las Calzadas
          Tramo 2: Rabé de las Calzadas-Hontanas
Etapa 14: Hontanas - Itero de la Vega
          Tramo 1: Hontanas-Castrojeriz
          Tramo 2: Castrojeriz-Itero de la Vega

PALENCIA
- Guía para la reflexión 'Palencia entre dos ríos'
Itinerario en tierras de Palencia
Etapa 15: Itero de la Vega - Carrión de los Condes
          Tramo 1: Itero de la Vega-Frómista
          Tramo 2: Frómista-Villarmentero de Campos
          Tramo 3: Villarmentero de Campos-Carrión de los Condes
Etapa 16: Carrión de los Condes - Sahagún
          Tramo 1: Carrión de los Condes-Calzadilla de la Cueza
          Tramo 2: Calzadilla de la Cueza-Terradillos de los Templarios
          Tramo 3: Terradillos de los Templarios-Sahagún

LEÓN
- Guía para la reflexión 'En tierras de León'
- 'El Camino de Santiago en viejas tierras de León'
Itinerario en tierras de León
Etapa 17: Sahagún - El Burgo Ranero
          Tramo 1: Sahagún-El Burgo Ranero
Etapa 18: El Burgo Ranero - Mansilla de las Mulas
          Tramo 1: El Burgo Ranero-Reliegos
          Tramo 2: Reliegos-Mansilla de las Mulas
Etapa 19: Mansilla de las Mulas - León
          Tramo 1: Mansilla de las Mulas-Arcahueja
          Tramo 2: Arcahueja-León
Etapa 20: León - Villadangos del Páramo
          Tramo 1: León-Valverde de la Virgen
          Tramo 2: Valverde de la Virgen-Villadangos
Etapa 21: Villadangos del Páramo - Astorga
          Tramo 1: Villadangos-Hospital de Órbigo
          Tramo 2: Hospital de Órbigo-San Justo de la Vega
          Tramo 3: San Justo de la Vega-Astorga
Etapa 22: Astorga - Rabanal del Camino
          Tramo 1: Astorga-Santa Catalina de Somoza
          Tramo 2: Sta. Catalina de Somoza-Rabanal del Camino
Etapa 23: Rabanal del Camino - Ponferrada
          Tramo 1: Rabanal del Camino-El Acebo
          Tramo 2: El Acebo-Campo
          Tramo 3: Campo-Ponferrada
Etapa 24: Ponferrada - Villafranca del Bierzo
          Tramo 1: Ponferrada-Camponaraya
          Tramo 2: Camponaraya-Pieros
          Tramo 3: Pieros-Villafranca del Bierzo
Etapa 25: Villafranca del Bierzo - O'Cebreiro
          Tramo 1: Villafranca del Bierzo-La Portela de Valcarce
          Tramo 2: La Portela-Ruitelán
          Tramo 3: Ruitelán-O´Cebreiro

GALICIA:
- Presentación
- Guía para la reflexión 'De O'Cebreiro a Sarria'
Itinerario en tierras de Galicia
Etapa 26: O'Cebreiro - Aguiada
          Tramo 1: O´Cebreiro-Viduedo
          Tramo 2: Viduedo-San Xil
          Tramo 3: San Xil-Aguiada
Etapa 27: Aguiada - Toxibó
          Tramo 1: Aguiada-Barbadelo
          Tramo 2: Barbadelo-Mirallos
          Tramo 3: Mirallos-Toxibó
Etapa 28: Toxibó - Campanilla
          Tramo 1: Toxibó-Ligonde
          Tramo 2: Ligonde-Palas do Rei
          Tramo 3: Palas do Rei-Campanilla
Etapa 29: Campanilla - Calzada
          Tramo 1: Campanilla-Castañeda
          Tramo 2: Castañeda-Calzada
Etapa 30: Calzada - Santiago de Compostela
          Tramo 1: Calzada-Arca
          Tramo 2: Arca-Santiago de Compostela

RESUMEN DE ETAPAS:
- Resumen de Etapas

CARACTERÍSTICAS DE ACCESIBILIDAD EN EDIFICIOS:
- Navarra
- La Rioja

Castilla y León
      - Burgos
      - Palencia

      - León
- Galicia