Clara Guillén Subirán, jefa del Departamento de Enfermedades Profesionales, participó como miembro del Comité Organizador y como ponente en una mesa redonda en el XI Congreso Español de Medicina y Enfermería del Trabajo, organizado por la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT) y celebrado en Madrid del 6 al 8 de febrero, bajo el lema ‘Adaptando el trabajo a las capacidades’.
En concreto, la representante de Ibermutua intervino en una mesa redonda cuyo objetivo fue avanzar en la integración de los trabajadores especialmente sensibles en todos los ámbitos (servicios de prevención ajenos, propios y mancomunados, mutuas, administración pública, ámbito sanitario,…). Clara Guillén destacó que las estrategias para la gestión de la prevención de riesgos laborales en puestos ocupados por trabajadores especialmente sensibles deben tener como objetivo común no sólo proteger la salud, sino también facilitar la integración y preservar la empleabilidad de los trabajadores. Para ello –agregó– se requiere una actuación interdisciplinar y proactiva, donde los distintos actores asuman sus responsabilidades de forma coordinada.
“El concepto de especial sensibilidad, desde un punto de vista preventivo y dentro de la prevención de riesgos laborales, no puede entenderse sin la consideración previa del concepto de riesgo. Riesgo es la probabilidad de que se materialice un peligro, y por ello, el concepto de especial sensibilidad debe interpretarse como mayor vulnerabilidad frente a los riesgos del puesto de trabajo”, explicó.
Además, dejó claro que la causa de esa especial sensibilidad puede ser previa o sobrevenida; transitoria o permanente. También puede derivarse de las características personales del trabajador, de un estado biológico conocido, de una discapacidad física, psíquica o sensorial reconocida., etc.
Para considerar a un trabajador especialmente sensible debido a la patología que le afecta ha de ponerse ésta en relación con los riesgos específicos del puesto de trabajo, puso de relieve, debiendo existir alguna consecuencia en la esfera laboral. La sensibilidad estará en función del grado de control de su enfermedad, de su evolución, de la repercusión personal y de los requerimientos del puesto de trabajo.
En cualquier caso, concluyó, la protección de los trabajadores especialmente sensibles constituye un aspecto siempre controvertido, debiendo conseguirse un equilibrio entre la prevención y la sobreprotección.